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Las estrategias de activación del usuario son procesos diseñados para convertir a los usuarios pasivos en participantes activos y comprometidos con un producto digital. En pocas palabras, se trata de una serie de pasos estratégicos destinados a destacar el valor del producto, captar la atención del usuario e integrarlos en un mundo de posibilidades funcionales dentro de cada experiencia digital.
Comencemos abordando la pregunta: ¿Qué implica exactamente una estrategia de activación?
La finalidad de una estrategia de activación consiste en despertar el interés y la participación en los usuarios o posibles clientes, con el objetivo último de motivarlos a realizar acciones específicas, como efectuar una compra, suscribirse a un servicio o involucrarse en una campaña.
Para lograr este objetivo, es esencial tener en cuenta un conjunto de herramientas y estrategias de experiencia de usuario que no solo generen impacto, sino que también conduzcan a mejoras significativas en las tasas de activación de un producto digital.
Vamos a sumergirnos en detalle en estas estrategias, brindando recomendaciones y resaltando herramientas de experiencia de usuario (UX) que permitan aprovechar y capitalizar el inmenso potencial transformador que poseen para aumentar la activación y retención de usuarios en productos digitales.
La etapa de onboarding del usuario se presenta como un momento crucial para establecer una conexión sólida y duradera con un producto digital. Para garantizar una experiencia inicial enriquecedora, resulta imperativo trazar un camino claro, eficiente e intuitivo hacia las acciones o resultados deseados.
Asimismo, resulta esencial anticipar y abordar de manera proactiva las posibles necesidades y obstáculos que puedan surgir durante este proceso, ya que podrían impactar negativamente la experiencia y el aprendizaje del usuario.
En el diseño de un proceso efectivo de onboarding, se deben considerar con atención los siguientes aspectos clave:
Claridad y Sencillez: El proceso de onboarding debe ser claro y sencillo. Los usuarios deben comprender rápidamente cómo utilizar el producto y cuáles son sus beneficios.
Enfoque centrado en el usuario: Para crear un proceso de onboarding eficaz, comprender los resultados deseados por los usuarios y anticiparse a sus necesidades será de gran importancia.
Minimizar la frustración: Asegurarse de que la experiencia de onboarding no provoque molestias ni confusión evitará momentos de frustración. Es aconsejable abordar los posibles puntos de dolor y ofrecer la asistencia adecuada.
Una comunicación activa con el usuario resulta fundamental para fomentar la motivación y asegurar un compromiso a largo plazo. Los productos digitales que ofrecen recompensas generan en los usuarios sensaciones de logro, reconocimiento y éxito, lo cual incide directamente en la mejora de las tasas de retención. Por otro lado, cultivar la curiosidad, establecer un propósito claro y brindar una sensación de descubrimiento pueden también estimular comportamientos positivos en ellos.
Aquí incluimos 3 consejos para crear una comunicación e incentivos eficaces en las experiencias de usuario:
Gratificación intrínseca: Es relevante comprender qué motiva de manera intrínseca a los usuarios e incorporar funciones que satisfagan esas necesidades. Por ejemplo, una sensación de logro, reconocimiento o conocimiento adquirido.
Curiosidad y misterio: Es fundamental diseñar el producto para mantener la curiosidad y el interés de los usuarios introduciendo de vez en cuando nuevas funciones, contenidos o desafíos.
Recompensas emocionales: Más allá de los beneficios tangibles, es imprescindible tener en cuenta las recompensas emocionales, como los elogios, el agradecimiento o simplemente hacer que los usuarios se sientan bien con sus acciones dentro de la experiencia de un producto digital.
Asegurar una experiencia sencilla, gradual e intuitiva resulta clave para lograr la retención de los usuarios. Invitarlos a participar en tareas pequeñas, como proporcionar información específica o llevar a cabo acciones determinadas, puede generar una sensación de inmersión y avance sin abrumarlos con una carga de trabajo muy grande.
Esencialmente, se debe tener en cuenta una serie de factores clave para orientar a los usuarios hacia una experiencia satisfactoria y libre de frustraciones. Estos son:
Equilibrar el esfuerzo: Encontrar el equilibrio adecuado es primordial. Es importante solicitar la participación de los usuarios, pero sin complicar demasiado el proceso ni exigir demasiado en poco tiempo.
Calendarizar la participación: Mínimos compromisos pueden introducirse gradualmente a lo largo del recorrido del usuario, asegurando que tenga una sensación de progresión e involucramiento con el producto.
Si se permite a los usuarios interactuar con un producto digital de forma inmediata, se conseguirá una mayor tasa de participación e interés. Es importante evitar bloquear o entorpecer el acceso inicial con demasiados requisitos de registro o información de perfil. El objetivo principal consiste en que los usuarios puedan disfrutar del producto tan pronto como sea posible.
Recomendamos adoptar los siguientes principios:
Reducir obstáculos: Facilite al máximo que los usuarios empiecen a utilizar su producto. Reducir los requisitos de registro o información de perfil, sobre todo en las primeras fases sería de gran ayuda.
Primera impresión positiva: La interacción inicial debe ser positiva y consistente, proporcionando a los usuarios una muestra de todo el potencial, beneficios y funcionalidades del producto. Esto puede aumentar su interés y retención.
Autonomía del usuario: Los usuarios se sienten en control cuando pueden realizar y completar tareas a su propio ritmo. Esto puede generar una sensación de realización y satisfacción clave para una buena experiencia de usuario.
Para integrar perfectamente un producto digital en las rutinas diarias de los usuarios, resulta clave considerar la utilización de las siguientes estrategias y herramientas:
Medir el éxito de la tasa de activación de un producto digital es primordial para evaluar su performance general. Sin embargo, es importante entender que una tasa de activación considerada como positiva puede variar notablemente según el tipo de producto digital, la industria y los objetivos específicos.
Aunque en la industria tecnológica se ha establecido comúnmente un referente de una tasa de activación que oscila entre el 25% y el 30%, es fundamental comprender que lo que se considera una tasa "buena" es relativo y debe ser evaluado en el contexto particular de su producto y su base de usuarios.
Diversos factores pueden influir en la determinación de una tasa de activación objetivo, entre ellos la complejidad del producto, el grado de compromiso del usuario requerido y la propuesta de valor global que el producto ofrece. Es esencial adoptar un enfoque contextualizado al evaluar el éxito de la tasa de activación, considerando la singularidad de su producto y la dinámica específica de su audiencia.
Para determinar una tasa de activación adecuada para su producto digital, es clave considerar los siguientes puntos:
Evaluación comparativa: Es vital analizar las tasas de referencias dentro de la industria y las tasas de activación de productos similares para hacerse una idea de las métricas que pueden ser alcanzadas.
Segmentación de usuarios: Los distintos segmentos de usuarios pueden tener expectativas diferentes en cuanto a las tasas de activación. Es por esto que se deben analizar las características y necesidades de cada uno de sus segmentos específicos.
Objetivos del producto: Resulta clave adaptar su tasa de activación a los objetivos de su producto. Algunos productos pueden dar prioridad a una activación rápida, mientras que otros pueden aspirar a usuarios de mayor calidad y más comprometidos durante un período más largo.
Feedback de los usuarios: Es importante solicitar el feedback y opiniones de los usuarios para conocer sus necesidades y evaluar su grado de satisfacción durante el proceso de onboarding, junto con la experiencia inicial con el producto digital.
Pruebas A/B: Resulta valioso experimentar con diferentes estrategias de activación para identificar cuál se adapta mejor a la audiencia y optimizar continuamente en función de los datos y el feedback de los usuarios.
En última instancia, una tasa de activación considerada como “buena” debe derivar de un equilibrio cuidadoso entre los objetivos de su producto y las preferencias y comportamientos de su audiencia. Para lograr estos objetivos de manera efectiva, resulta crucial realizar análisis periódicos y ajustar estrategias de manera constante, con el propósito de obtener mejoras incrementales en la experiencia digital ofrecida.
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